Megalópolis CDMX. La Capital Barroca
A finales del siglo XVIII, la Ciudad de México era una de las urbes mas religiosas del mundo cristiano, en ella podían contarse alrededor de un centenar de templos y capillas, algunas acompañadas por grandes conventos donde vivían en reclusión cientos de monjas, frailes y distintos tipos de asistentes. Su religiosidad era patente también en las constantes misas y ceremonias que se realizaban con toda la solemnidad posible, y en las fiestas que le seguían. Aún las casas particulares contaban con capilla propia, y en ninguna faltaba alguna imagen sagrada. Hasta hoy han sobrevivido cerca de setenta de esas construcciones, pero es rara la que no haya sufrido modificaciones y alteraciones de consideración.
