Megalópolis CDMX. El corazón de la Nueva España
Durante tres siglos las formas de vida españolas se impusieron sobre el paisaje de la Cuenca de México, lo que supuso una transformación casi total: se destruyeron los templos indígenas y se introdujeron nuevos animales y plantas de cultivo; hubo que hacer nuevos caminos que fueran adecuados para caballos y carretas y construir puentes en los pasos más difíciles; varios acueductos y fuentes se construyeron para abastecer a villas y ciudades; y dentro de los pueblos se introdujeron mejoras en los servicios de drenaje, banquetas y empedrados. Casi toda esa infraestructura colonial ha desaparecido desde el siglo XX, y sólo nos quedan unos cuantos ejemplos como testimonio de lo que era vivir en la colonia, aunque muchas escenas de la vida cotidiana se han conservado en cuadros y relatos.