Archivo Histórico del Estado de Tlaxcala
resultó que mientras perseguía un solo placer alcanzase más, a saber, la Historia de los Imperios Tolteca, Chichimeca, Tepaneca, Mexicano, Teochichimeca, y de otras innumerables naciones” (Carta I, 16 de abril 1743 (1))
para que, “cobrando lustre principalmente la Historia Divina, también un brillo imitador le llegase a la profana” (Ibid.). A esta empresa de recaudación de fuentes indígenas y a su estudio dedicó “el trabajo de siete años, al que tantos cuidados, tantas velas, casi un aluvión literario se le ha añadido ” (Carta II, 17 de junio 1743). Escribió al rey:
Examinad con seria atención los penosísimos viajes, la inclemencia de los distintos climas en pugna entre sí, los calores del sol, las lluvias, las frecuentísimas enfermedades en las que caí con muchísima frecuencia; apreciad perfectamente los grandes gastos, la constancia de ánimo, los continuos problemas de interpretación. (Carta III, 30 de julio 1743)Había entrado a la Nueva España sin el permiso necesario; sin atender a las jerarquías del reino que visitaba, este noble italiano utilizó sus contactos con la Santa Sede y obtuvo del cabildo de la Basílica de San Pedro la gracia de que “esta celebérrima Imagen de María de las Indias Occidentales ( ) siguiendo el ejemplo de las más Ilustres de Europa, pudiese consagrarse con una corona de oro y perpetua” (Carta IV, 3 de agosto 1743). Boturini solicitó la gracia del Vaticano en carta de julio de 1738, le fue concedida el 11 de julio de 1740. Pero no había consultado antes al arzobispo de México, Juan Antonio Vizarrón Eguiarreta, y la concesión del Vaticano no había sido autorizada por el Consejo de Indias.
Estimaré a la benignidad de vuestras mercedes se sirvan avisarme con toda distinción de las ermitas o capillas que hubiere en sus partidos con público culto dedicadas a Nuestra Patrona de Guadalupe, sus situaciones, capellanías o legados y obras pías anexas, cuya noticia he de poner en la Historia que estoy escribiendo de la Divina Señora. Y que asimismo se dignen vuestras mercedes de conseguirme de los naturales todos los mapas pintados con figuras y caracteres, los cantares antiguos, los cordeles históricos y todo manuscrito en cualquier lengua, mas que traten de la gentilidad y de los sistemas de sus calendarios y planetas, porque me vienen muy al caso, y podrán servirse de remitírmelos a esta su casa frente la contaduría de Monasterio de la Limpia Concepción ( )
Sobre la elaboración y circulación de estas cartas, Boturini escribió:
mis cartas circulares, las cuales se propagaron a fuerza de una constancia impagable y que día a día son puestas en claro por el Intérprete Mexicano del propio Virrey para las más extensas provincias a cambio de los más baratos objetos de primera necesidad de cocina, a saber, gallinas y huevos” (Carta I)
El virrey mandó apresar al caballero Boturini (4 de febrero de 1743, por lo menos hasta noviembre de ese año) y secuestrar su Museo Indiano. Boturini se refería a “esta triste Ilíada de mis desgracias” (Carta I). Logró que le prestaran su colección en una de sus cárceles, para elaborar de ella un apresurado Inventario (“encontré los Mapas al igual que los Manuscritos tan húmedos
” Carta V). A pesar de todas sus súplicas, nunca pudo recuperar la colección, que fue dispersada. Desde entonces los historiadores han interrogado ese valiosísimo Inventario, y el más completo Museo Indiano que escribió después, para determinar dónde están sus piezas y cuáles se perdieron para siempre.
El caballero fue deportado a Madrid, donde fue rehabilitado y donde acaba sus días. Sin su Museo Indiano, nunca pudo concluir su gran obra, la Historia General de la América Septentrional, pero publica en Madrid en 1746 su Idea de una nueva historia general de la América Septentrional (con el apéndice del Museo Indiano) y en 1747 es nombrado “Cronista Real en las Indias”. Tras su muerte, su discípulo Mariano Fernández de Echeverría y Veytia intentó completar su obra.
Agradecemos al Archivo Histórico del Estado de Tlaxcala su apoyo para la elaboración de esta nota.
(2) Boturini fue por un tiempo teniente de alcalde mayor de la ciudad y provincia de Tlaxcala.