Benson Latin American Collection
Nettie Lee Benson Latin American Collection, Universidad de Texas en Austin
Estos tres mapas originales representan a los tres altepetl (ciudades estado, entidades político-territoriales indígenas) de Cempoala, Epazoyuca y Tetliztaca y acompañaban cada uno a la Relación Geográfica correspondiente. Fueron comprados en 1853 por el eminente historiador y coleccionista mexicano Joaquín García Icazbalceta, y luego, en 1937, por la Universidad de Texas, donde permanecen. El más notable es desde luego el magnífico mapa de Cempoala, hoy en el estado de Hidalgo.
Las Relaciones Geográficas (RG) novohispanas del siglo XVI fueron realizadas entre 1579 y 1584, en respuesta a un cuestionario de 50 preguntas enviado por la corona con la finalidad de documentar las entidades políticas y sus regiones: economía, historia, caminos, organización politica y religiosa, poblaciones y edificios. Esta relación geográfica es considerada “compuesta” según la tipificación hecha por Robertson y Robertson, en tanto comprende tres descripciones para las tres entidades, cada una contestando a las preguntas del cuestionario.
Como dice Donald Robertson, la pintura o mapa de Cempoala combina el plano de una población con la descripción del paisaje, y esta última no es de tradición prehispánica sino española aunque mapas propiamente sí existieron en la tradición prehispánica o en el periodo colonial temprano. El mapa de Cempoala incluye personajes pintados al modo prehispánico, con su nombre en glifo y en escritura occidental (glosa); muchos nombres de lugar (topónimos) igualmente en glifo y en glosa; indicaciones de cultivos (aparentemente, nopales, magueyes y agaves dominan el territorio); montañas, iglesias, capillas, estanques, cursos de agua y divisiones políticas pintadas en rojo. Nótese en particular, arriba a la derecha, en Tepeyahualco, el acueducto del padre Tembleque (1554-1571) llevando el agua a Tlecaxapa y a la fuente del mercado (tianquiztli) junto a la iglesia principal de Todos los Santos, Cempoala. La calidad de compendio visual de la riqueza geográfica y política de Cempoala y su región se confirma porque este mapa ilustra lo que el texto mismo de su RG describe.
La alta calidad de esta pintura se explicaría porque los tlacuilos novohispanos acababan de realizar los frescos de iglesias y monasterios (1560-1580), así como lienzos didácticos transportables para los frailes. Aprovecharon la técnica y los lenguajes visuales adquiridos para la elaboración de estos mapas, realizados muy poco después (1579-84). De modo que las poblaciones que tuvieron monasterios con murales son las que de las RG tienen mejores mapas. Estos serían Cholula, Guaxtepec, Culhuacan y Yecapixtla, Epazoyuca y Tezontepec (dentro del mapa de Misquiahuala), que tenían monasterios agustinos, y Cempoala, franciscano (Mundy, 82).
Ballesteros ve en el mapa una descripción geográfica con topónimos, retocada por el patriotismo cempoalteca que realza o disminuye a las localidades según su pertenencia política. El tlacuilo reduce el valor gráfico de Epazoyucan y casi elimina Tetliztac: “como menciona la propia relación de Tetliztac, éste era un pueblo recién fundado, erigido por mandado del señor de Tezcuco, y sus habitantes eran otomíes advenedizos que además no hablaban la lengua mexicana”. La riqueza de la lectura de Ballesteros aumenta porque explica cada glosa /glifo toponímico (con algunas imperfecciones), con lo que confirma en la mayoría de los casos la identidad semántica de ambos, raíces y partículas linguísticas de un lado, pinturas estilizadas de elementos geográficos y animales por el otro. A modo del juego llamado rebus, la lectura del glifo permite encontrar la palabra de la glosa (en náhuatl). Entre glosas y glifos idénticos podemos mencionar Toch-atlauh-co, “cañada de los conejos”, Tepe-yahual-co, “cerro redondo”, y Tepe-maxal-co, cerro en horqueta (y el glifo añade sin necesidad una mano, ma-itl, como para confirmar su construcción a modo de rebus). Finalmente, Ballesteros investiga con paciencia la región en la actualidad, para encontrar hermosas coincidencias: Tetliztac, por ejemplo, cuyo glifo representa un cerro pintado de blanco en la parte superior (tetl iztac, “piedra blanca”) se llama hoy en día Santa María la Calera (Ballesteros, 2005).
Nótese por cierto que los glifos toponímicos están crecidos: pinturas de mayor influencia prehispánica, como la Matrícula de tributos, representan los glifos toponímicos todos del mismo tamaño, sus partes constitutivas apretadas dentro de su pequeño formato. Aquí en muchos casos esos glifos se vuelven elementos del paisaje. El cerro de Cempoala, representado de manera prominente en el mapa, combina así dos lenguajes pictóricos: por un lado es una descripción naturalista de un cerro poblado de plantas y animales; por el otro, es una representación glífica. El glifo de Cempoala es uno de los pocos que no corresponden con su nombre, que significaría “lugar de una veintena”, cem-pohual-lan. El glifo que aparece aquí es un cerro, tepetl, componente común a tantos altepetl (al-tepetl, “agua-cerro”), en cuya cima se encuentra una cabeza con el pelo sencillamente peinado hacia atrás, el rostro adornado de orejeras y bezote (adorno del labio inferior). El glifo de Cempoala figura en muchos códices, con variantes mínimas. En algunas aparece un báculo o bastón, que identifica al personaje como comerciante: Cempoala sería pues “altepetl de comerciantes o comercial”. El vínculo entre los dos nombres sería que ahí se celebraba un mercado importante cada veinte días (Ballesteros, 2003).
Mundy descubre en el mapa la muy precisa descripción espacial de la organización político-territorial, de altepetl y sus subunidades, los calpulli. Este mapa combina pues la representación de la riqueza natural y cultural de un área geográfica con la colocación dentro de él de dos altepetl: Cempoala y Epazoyuca, sus componentes político-territoriales y datos característicos. Cuatro altepetl componían el huey altepetl de Cempoala: Cempoala, Tzaquala, Tecpilpan y Tlalquilpa. A su vez cada uno se componía de cuatro calpulli (tres en el último caso). El altepetl vecino de Epazoyuca (su gobernante se llamaba don Juan de Austria) tenía solo dos componentes, cada uno con cuatro subunidades. Tetlistac tenía por todo tres subunidades, y su presencia en el mapa es mínima. Líneas rojas dividen el mapa en rectángulos de diferentes tamaños que marcan la pertenencia de cada parte a su unidad y subunidad particular (Mundy, 129 y ss).
En medio del mapa figura una iglesia importante y a su alrededor, señores sentados con atributos de nobleza (tocado, tilma atada en el hombro, icpalli o asiento de petate): arriba a la derecha, don Diego de Mendoza, gobernador de Cempoala. Frente a él, don Francisco de Guzmán, gobernador de Tzaquala. A la derecha de la iglesia, don Pablo de Aquino, gobernador de Tecpilpan. No incluyen nombre náhuatl ni su correspondiente representación pictórica (glifo onomástico). El cuarto gobernante, el de Tlaquilpa, no aparece en este grupo sino en la orilla arriba a la derecha del mapa, sobre la tierra de Tlaquilpa, con una capa burda de piel: el texto de la Relación geográfica lo llama “Martín de Ircio”, pero en el mapa no figura su nombre español sino su nombre náhuatl, Tapayoltzin, “pelotita” (la glosa y el glifo onomástico). Tlaquilpa era un altepetl de mayor población otomí, y por lo mismo de menor rango que los demás, que tenían una mayor población nahua (Mundy: 131). Probablemente la piel que lo recubre significa su etnia otomí (otros personajes la traen también). En los mapas de Cuauhtinchan los personajes con pieles de animales son chichimecas.
Junto a una casa de gran tamaño inscribe: mexico tlatouani ytzcouatzi ycha: “casa del gobernante de México Itzcóatl”. La mención de Itzcóatl (gran tlatoani del imperio azteca de 1428 a 1440) en tiempo presente señala que el mapa de 1580 incluye elementos de uno elaborado en los años de su gobierno, pero no solamente eso: Itzcóatl fue quien conquistó buena parte de la región de Cempoala, en 1430 se dice, de modo que el mapa original debió ser realizado para marcar este cambio histórico. La huella de esta inflexión política permanece en este mapa, a su vez realizado para describir una nueva dominación, la de la corona española.
Escribe la RG que Epazoyuca descendía de los chichimecas de Tezcoco y siempre perteneció a ese señorío. Itzcoatzin pidió al señor de Tezcoco tierras y parte del tributo de la zona (navajas de obsidiana), lo que le concedió, alrededor de 1431. “Y entraron también otros pueblos debajo del señorío de México, como Cempoala, Tlaquilpa, Pachuca, Tezontepec y Temazcalapa”.
El mapa o pintura de Epazoyuca muestra un plano de ese poblado, la iglesia y monasterio al centro, los caminos marcados por huellas de pie al estilo prehispánico. Abajo, franjas verticales parecen indicar tierras de cultivo, y la representación de una misma planta en cada una parece indicar que todas esas parcelas cultivaban lo mismo. Arriba, una pintura de tipo europeo, con sombras y matices de colores, muestra un paisaje agreste de cerros, un cauce de agua representado según el modelo prehispánico, nopales y magueyes.
Finalmente, el mapa de Tetliztaca tiene pocos elementos estilísticos españoles: árboles de representación naturalista, y el dibujo de la iglesia con su campanario y otros elementos característicos. No hay recreación del paisaje, solamente objetos situados en el espacio: abajo a la izquierda, un plano sencillo del poblado de Tetlistaca, al cual conducen caminos con huellas de pie. En su centro, la iglesia; en torno a ella, parcelas con sus cultivos señalados: nopales, magueyes, árboles. Hay tres glifos de lugar: el más grande y cercano a la población es el de Tetliztaca, el cerro que ya vimos con la piedra blanca en su cima. Una línea roja subraya su conexión con la iglesia, a su vez centro del poblado. Los caminos que conducen al centro del poblado salen de tres asentamientos secundarios y dependientes de Tetliztaca, señalados con sus iglesias y sus glifos: Tianquizmanalco, Tepechichilco y Cihuayocan.
Esta publicación marca el inicio de la colaboración de la Nettie Lee Benson Latin American Collection, Universidad de Texas en Austin, con la BDMx, que nos honra y que deseamos florezca, de aquí en adelante.
Bibliografía
Acuña, René, Relaciones geográficas del siglo XVI: México. Vols. 6-8. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Antropológicas, 1985.
Ballesteros García, Víctor M., La iglesia y el convento de Todos los Santos de Zempoala, Hidalgo, y su comarca. México, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo - Centro de Investigaciones sobre el Estado de Hidalgo, 2003.
________________________________, La pintura de la relación de Zempoala de 1580. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo Centro de Investigaciones sobre el Estado de Hidalgo - Patrimonio Cultural Hidalguense, 2005.
Mundy , Barbara E, The Mapping of New Spain: Indigenous Cartography and the Maps of the Relaciones Geograficas. Chicago, The University of Chicago Press, 1996.
Robertson, Donald, “The Pinturas (Maps) of the Relaciones Geográficas, With a Catalog”, en Handbook of Middle American Indians, , Volume XII, Guide to Ethnohistorial Sources, Part One,
Howard F. Cline, Volume Editor, University of Texas Press, Austin, pp. 243-264.
____________________ y Martha Barton Robertson, “Catalog of pinturas (maps) of Relaciones Geográficas”, en Handbook of Middle American Indians, Volume XII, pp. 265-278.